En el año en curso, y más concretamente en los meses que corren, se consolida un hito histórico en el desarrollo de la lechería moderna de nuestro país para beneficio del programa de mejoramiento genético del rodeo lechero nacional. Este año culmina el proceso de integración institucional para la concreción de un sistema nacional único de registración de la producción lechera, y en simultáneo se inicia un nuevo tiempo de trabajo en conjunto de fortalecimiento institucional de todo el sistema consolidando una posición competitiva creciente, a escala regional e internacional. El suceso de referencia tiene particular relevancia en un país acostumbrado a las chacras institucionales y la fractura de tantos esfuerzos a partir de protagonismos mal encausados.
Hacer historia no necesariamente tiene por objetivo satisfacer curiosidades intelectuales sino, en este caso en particular, reconocer y comprender el esfuerzo intergeneracional en el desarrollo de uno de los principales rubros del agro negocio en nuestro país. En otras palabras, el privilegiado status genético y el desarrollo de la producción lechera de nuestro país no es un beneficio espontáneo aportado por los prodigios de la naturaleza sino que obedece al constante esfuerzo generoso y la visión estratégica de muchas generaciones a lo largo de la historia moderna de nuestro país.
Debemos remontarnos a 1889 con la inscripción en los Registros Genealógicos de ARU del primer ejemplar Holando a solicitud del Dr. Luis Lerena Lenguas, por entonces presidente de nuestra institución. Pero recién a partir de 1920, con el incremento en la demanda de productos lácteos, se producen nuevos registros. A partir de entonces se consolida el proceso de absorción de la raza en el cual tiene particular protagonismo la Sociedad de Criadores de Holando fundada en abril de 1945, hasta que en 1950 se puede definir como raza lechera lo que hoy conocemos por Holando uruguayo.
A partir de 1925 este proceso fue apoyado en lo institucional desde el Estado a través de la Dirección de Agronomía dependiente por entonces del Ministerio de Industrias y fue por intermedio de la sección de Fomento y Defensa Agrícola, que entre 1926 y 1927 se llevaron a cabo los primeros trabajos de Contralor Lechero, consolidándose oficialmente a partir de 1933. En 1971 se integraron a este trabajo a los productores a través de delegados de ARU y de sus gremiales lecheras, momento en que se creó la Comisión Honoraria de Contralor de la Producción Lechera. Este servicio fue delegado íntegramente en la Asociación Rural del Uruguay por decreto del Poder Ejecutivo en mayo de 1979 y desde entonces nuestra institución ha cumplido con la responsabilidad del Contralor Oficial de la Producción Lechera de las razas de pedigrí y “puro por cruza” con el objetivo primordial de apoyar el mejoramiento de los rodeos lecheros y la realización de pruebas de progenie, a la vez de otorgar los Certificados de Registros Oficiales de genealogía, performance y tipo.
En 1991 siguiendo las recomendaciones de una consultoría realizada por FAO a solicitud del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca con objetivos muy similares a los ya descriptos, se creó el Instituto Nacional para el Mejoramiento Lechero, procurando ampliar el servicio de registración a los productores lecheros en general para una mejor gestión de sus establecimientos, la realización de evaluaciones genéticas y la conformación de bases de datos nacionales apoyando la investigación así como la realización de informes técnicos a los productores.
En 1997 ambos servicios confluyeron en un primer acuerdo de trabajo en conjunto en procura de fortalecer la evaluación genética de la raza Holando, y en 1999 un nuevo acuerdo que amplió el anterior terminó por consolidar el sistema nacional de mejoramiento genético de la raza Holando, en esta oportunidad habiendo integrado al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y a la Universidad de la República a través de la Facultad de Agronomía.
Desde la firma del primer acuerdo, el relacionamiento entre ARU y el Instituto Nacional para el Mejoramiento Lechero se ha profundizado procurando una mayor complementación y coordinación de las actividades que ambas Instituciones desarrollan en los objetivos que les son comunes, aún cuando se mantenía el esfuerzo duplicado en aras de aquel gran objetivo en común.
Fue necesario que espíritus generosos y desprovistos de protagonismos inconducentes coincidieran en la necesaria comunión de objetivos para que se desencadenara un trabajoso pero también generoso proceso cuyo primer hito fue la firma de un Memorando de Entendimiento el 27 de agosto de 2012 culminado exactamente un años después, el 27 de agosto de 2013 con la definitiva integración institucional.
Es imprescindible reconocer entre estos espíritus superiores, la decisión de don Santos Villagrán al frente del Instituto Nacional de Mejoramiento Lechero y los directivos que lo acompañaron en todo momento.
La producción lechera en su conjunto y en particular las sociedades de criadores de las distintas razas lecheras verán, de aquí en mas, respaldada su labor productiva por un sistema de registración consolidado en un único instituto. En el Instituto Nacional de Control y Mejoramiento Lechero confluye la representación de toda la producción, dónde 3 de los 7 miembros de su directorio serán designados por ARU, integrándose al marco institucional de la histórica gremial madre como una nueva gremial socia en una comunión de principios institucionales y objetivos comunes en el desarrollo de la ganadería lechera de nuestro país.