¿Cómo surgió su vínculo con la SCH?
Yo trabajaba en Control Lechero cuando la Sociedad Criadores de Holando pasó a tener el control lechero oficial. Estaba el cargo de inspector vacante para el litoral oeste y lo solicité, salí un tiempo a prepararme con un compañero y después Claudio (¿apellido?) me evaluó en varios establecimientos. Ingresé como inspector en 2008.
¿En qué zonas trabaja como inspector actualmente?
La zona de la que me ocupo es Salto, Paysandú y Río Negro, Rocha, Cerro Largo y Maldonado.
¿En qué consiste específicamente el trabajo que realiza?
La inspección consiste en mirar los animales a tatuar, asegurarnos de que cumplan con los estándares de la raza y tomar el registro y los datos del productor para así ajustarles su número y generación. Esto normalmente se hace una vez por año o eventualmente para una venta o si hay algún remate o exposición, se hace una visita extracurricular digamos.
Nosotros lo que hacemos es registrar para dar seriedad a la hora de la venta. Lo que se hace es certificar los datos. Un productor te puede decir que viene inseminando hace años y vos le crees o no, pero no le sabés la genealogía para atrás. Que tenga Selección Holando implica que alguien haya visto el animal y que el productor haya enviado semestralmente o mes a mes los datos a la Sociedad.
Pero para que todo esto funcione es muy importante también que el productor, al momento de comprar un animal, exija y valore a quien registra. Es fundamental para que el círculo se cierre.
Como controlador lechero, ¿cómo valora que se haga este trabajo y que los productores sean meticulosos con el control lechero?
Yo estoy en una zona un poco más alejada y muchas veces lo que hago es concientizar a las personas de llevar un registro y de hacer control para poder hacer una selección y al momento de vender, tratar de poder quedarse con los mejores animales y poder hacer valer su genética.
Es muy difícil generar esa conciencia. Todos los años voy y muchos dicen que sí, que lo tienen que hacer ,pero es muy difícil concientizar a la gente. Muchos no lo hacen por un tema económico, o lo han dejado de hacer por un tema económico… Pero en definitiva, comparado con el valor del animal al momento de la venta, no es caro.
De todos modos, y a pesar de las facilidades de pago que hoy ofrece la SCH, a mucha gente le cuesta desembolsar en ese momento la plata o generar una deuda.
Hemos hablado ya sobre la situación que está atravesando el sector con otros integrantes de la SCH, ¿usted, desde su rol como Experto de la Raza y Controlador Lechero, qué consejo le daría al productor para atravesar este momento?
Que no bajen los brazos. Si bien hay un desánimo general, y es bien claro, ya hemos pasado un montón de crisis. Sin duda esta es muy dura pero en algún momento se va a revertir. Quien soporte esto, más allá de que haya generado un endeudamiento, va a salir adelante. El tema es no bajar los brazos, no descuidar la vaca, que es la herramienta general y no descuidar el tema genético. Con esto me refiero a seguir inseminando y seguir registrando los animales.
Yo los entiendo a los productores cuando no quieren generar una deuda más, más allá de todas las facilidades que hay, los entiendo claramente. Su preocupación hoy va mucho más allá de eso. Los productores que mejor están cobrando la leche hoy, no sé si la están empatando. Es muy difícil preocuparse por ese tema, que es una inversión a futuro, sabiendo que hoy se están endeudando para poder darle de comer a las vacas.
¿Usted cómo ve la función que cumple la Sociedad, cómo califica el trabajo que realiza?
Es muy necesaria y tiene que existir como existe en todos lados. Es quien fiscaliza todo y le da un aval a las exportaciones y a los remates y a las ventas particulares.
¿Cómo ve a Uruguay como país productor lechero en relación a otros países?
Lo veo bien, los compradores a nivel mundial están conformes con el producto que se les vende desde acá. La respuesta de China por ejemplo es positiva y están conformes con la calidad de genética que hay.
Foto: Luis Perroux y Andrés Reyes